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IDEAS PARA EL DEBATE SOCIALISTA

IDEAS PARA EL DEBATE SOCIALISTA

RESUMEN: La Exclusión social es una realidad compleja que admite distintos enfoques y múltiples posibilidades de acercamiento. Lo que se pone en tela de juicio son los principios organizadores de la solidaridad y la concepción misma de los derechos sociales».  El PSOE debería insistir en la noción de ciudadanía social. “derecho universal a unas rentas mínimas”, vinculado no necesariamente a la lógica del mercado, que la crisis ha puesto en evidencia, los líderes políticos hablaban de necesidad de controlarlo, pero nada se ha hecho, ni se hará en este sentido, por el contrario, se le entregarán grandes paquetes del Sector Publico, que venia reclamando desde hace tiempo.


Algunos de nuestros barrios, cada vez más, están sumido en el abandono y el olvido, manteniendo una situación de "miseria insostenible". El acceso a una vivienda digna, la sanidad, la educación y la formación ocupacional como derechos sociales deben der objetivos prioritarios para las políticas sociales.              
La Exclusión social es una realidad compleja que admite distintos enfoques y múltiples posibilidades de acercamiento. Sin duda, el mundo del trabajo es uno de los factores que más influencia ejerce en el proceso de integración social de quienes por diversas causas, se encuentran alejados de los estándares mínimos de calidad de vida. En este marco, se plantea la necesidad trabajar con los grupos sociales en riesgo o situación de exclusión, integrando el punto de vista tanto de los propios protagonistas como de las asociaciones, empresas e instituciones y agentes sociales que los atienden, lo que debería aportarnos la capacidad de sugerir posibles líneas de actuación y mejora en los procesos de la intervención sociolaboral e intervención social.
En esta parte es necesario avanzar en aquellos aspectos conceptuales que se relacionan con la “comprensión del fenómeno”. Debemos aclarar que, en cierto sentido, un fenómeno se “crea” a partir de las conceptualizaciones que realizamos del mismo; en la definición de los fenómenos juegan tanto la subjetividad como los marcos interpretativos de los sujetos que la realizan, es decir que las explicaciones que las personas dan de los fenómenos forman parte de éste y en última instancia lo crean: las creencias, los valores y, en fin, la ideología definen el marco desde el cual se describe, interpreta y construye la realidad (Davini,1995).
Uno de los principales problemas con el que nos encontramos en las sociedades modernas es el que conocemos como fenómeno de exclusión social, sin embargo no hay una idea clara y determinante asociada a este termino, para Castells (1995) «la exclusión se viene imponiendo poco a poco como un mot-valise para designar todas las modalidades de la miseria del mundo de la que parten los grupos  excluidos. La cuestión de la exclusión deviene entonces en la “cuestión social” por excelencia».
Esta heterogeneidad del término, que yo prefiero llamar ambigüedad, haciendo las mismas observaciones que creo le caben a conceptos como el de participación, a producido la  aparición de una nueva cuestión social,  que se pone en tela de juicio los principios organizadores de la solidaridad y la concepción misma de los derechos sociales».
Las sociedades de nuestros días presentan muchas complejidades y matices. La desviación social, el aislamiento y la diferenciación pueden ser resultado de una iniciativa voluntaria y consciente o darse manifestaciones de marginación social no asumidas voluntariamente, Segregación y discriminación, que en ocasiones van acompañadas de sanción social negativa o estigma.
El PSOE debería insistir en la noción de ciudadanía social, partiendo de un referente, estándar mínimo de pertenencia integrada. La incorporación de derechos sociales al estatus de ciudadanía ha supuesto la conquista de un “derecho universal a unas rentas mínimas”, vinculado no necesariamente a la lógica del mercado, apunta hacia un “enriquecimiento general de la vida civilizada, una reducción general de riesgos e inseguridad, una igualación a todos los niveles entre los más y los menos afortunados. Hoy los nefastos efectos de la crisis económica mundial ha venido a poner en peligro el camino iniciado, crisis provocada por los propios agentes capitalistas, reajuste del juego entre los detentadores del capital a fin de hacer limpieza y reducir el grupo de control, pero que astutamente planeada ha sido subvencionada por capital publico, empobreciendo los recursos de los Estado Nación hasta incapacitarlos para continuar con su nivel de prestaciones sociales. Quienes llevan años pregonando el hundimiento por innecesario e ineficaz de los Estados, no han tenido ningún reparo en vaciar sus arcas para satisfacer su voracidad, como no lo tendrán en asumir la privatización de grandes sectores que por su carácter social no estaban en la dinámica de economía de mercado.
Mercado que además ya ni siquiera necesita de careta alguna, la crisis lo había puesto en evidencia, los líderes políticos hablaban de necesidad de controlarlo, pero nada se ha hecho, ni se hará en este sentido, por el contrario, se le entregarán grandes paquetes del Sector Publico, que venia reclamando desde hace tiempo
Con estas ideas no pretendo convertirme en pregonero catastrofista, sino al contrario,  contribuir a extender la idea de la necesidad de un mayor conocimiento de los fenómenos de sociales en el entorno en que se están produciendo.
Esto tiene algunos, quizás muchos problemas añadidos, lo que quiero expresar, es que al menos algunos de ellos no nos son ajenos, otros seguramente los iremos descubriendo sobre la marcha lo que requerirá adaptaciones de mayor o menor profundidad sobre lo planificado, pero quiero referirme concretamente a que aún así, el Socialismo debe apoyarse en algunas reglas básicas, que impone cuando menos una disciplina de clarificación de lo que es relevante, y ahora mas que nunca, es absortamente urgente que la ideología marque el camino de la  evolución que nos permita encontrar soluciones nuevas a los problemas nuevos que las sociedades plantean, aún así creo que hay ocasiones en las que la importancia no radica en lo mucho que se avance, sino en hacerlo en la dirección adecuada.
Es patente la necesidad de abordar la compilación, seguimiento y evaluación de la información sobre las distintas redes de atención social, que posibiliten el necesario diagnóstico de situación que favorezca una mejor adecuación de las políticas sociales a las necesidades reales. El hecho de que las competencias en distintas áreas de la acción social se hayan transferido a las Comunidades Autónomas y que buena parte de los dispositivos de atención específicos se desenvuelvan en el ámbito de las Corporaciones locales y la iniciativa ciudadana no es óbice sino que, por el contrario, constituye una justificación de la necesidad de recabar, sistematizar y difundir la información sobre las experiencias llevadas a cabo.
La experiencia ha puesto de manifiesto que las áreas de la acción social cuyo acceso se ha generalizado a toda la población (sanidad, pensiones, educación obligatoria) han contribuido a mejorar la cohesión social y a reducir los niveles de pobreza y desigualdad, si bien todavía deben plantearse mejoras cualitativas que no afectan en lo esencial a la concepción de las mismas. No obstante, al margen de dichos progresos, del análisis de las políticas llevadas a cabo en nuestro país y, sobre todo, de la comparación con otros países de nuestro entorno europeo se desprende una necesidad clara de dirigir un mayor esfuerzo, tanto en términos presupuestarios como de intensidad de las medidas, hacia varias áreas de intervención de interés desde el punto de vista de la prevención y la lucha contra la exclusión social.
Las realidades concretas en relación con el marco global, nos deben de sugerir los proyectos formulados desde conceptos nuevos y marcos teóricos renovados, acorde a las nuevas situaciones sociales que han surgido en épocas recientes con escenarios que cuestionan teorías clásicas se debe contribuir a sentar para el futuro la políticas sociales que puedan aspirar a mayores niveles de profundización.
Aspiro cuando menos no a la razón de mis argumentos ni la certeza de mis afirmaciones, sino a las aportaciones que con el debate se puedan proponer en la línea de evitar las situaciones extremas de desigualdad, pobreza, exclusión, economía sumergida, actividades ilegales, junto a una decidida voluntad asociacionista y de resurgimiento social.

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